El padrenuestro, oración para todos los tiempos, es sólo una profesión de fe que necesita traducirse en acción. No son palabras las que hacen entrar en el reino de los Cielos, sino las obras tal como dijo el Maestro. "Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos gustan de orar de pie, en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público." "Por lo tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra tí, deja tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y luego ven y presenta tu ofrenda." Sus discípulos quedaban cautivados con esta oración, nos cuentan que pasaba las noches en oración, que rezaba antes de los momentos difíciles y de los milagros y que la plegaria le salía del corazón de forma espontánea y sincera. Jesús llevaba una vida normal tanto sus plegarias como sus milagros los realizaba de una forma sencilla , se dirigía al Padre con cariño y ternura. Porque la mejor plegaria es la que sale del corazón, con amor y sinceridad es así como debemos orar.
lunes, 29 de diciembre de 2008
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